¿Cómo mejorar la administración de RRHH en tiempos de teletrabajo?

Desde la popularización del home office, el RRHH está buscando constantemente nuevas formas de adaptar la gestión de recursos lejos del tradicional ambiente físico de las empresas.

Si bien se enfrentan muchos retos en la adecuación de este reciente modelo de teletrabajo, existen algunas prácticas que colaboran para el éxito del mismo.

En virtud de ello, esta vez hemos elaborado una lista concisa de 5 procesos de RRHH para que la transición del trabajo físico hacia el remoto resulte lo más suave posible sin provocar conflictos ni perjudicar la productividad de los colaboradores.

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1. Implementación de la cultura autónoma

La autonomía es el factor de mayor importancia en una dinámica de teletrabajo.

Cuanto más autónomos y eficaces son los empleados, mejores son sus habilidades necesarias para trabajar a distancia, ya que se sienten más seguros con relación al desarrollo de sus actividades al depender menos de sus compañeros o de un líder para realizar la ejecución de sus tareas.

El RRHH abriga la responsabilidad de fomentar la autonomía en todos los niveles de la organización —más allá de los cuadros directivos— por medio de prácticas participativas e inclusivas, entre las cuales encontramos la participación de los teletrabajadores en:

• el diseño de sus tareas;

• la toma de decisiones;

• la resolución de problemas.

Este tipo de cultura organizacional debe implementarse de forma conjunta entre RRHH, superiores y colaboradores, lo que nos lleva al siguiente punto.

2. Desarrollo de la confianza mutua

La autonomía del teletrabajo trae consigo la práctica de actividades sin supervisión directa ni presencia visible continua, lo que —para muchas empresas— puede representar un desafío. En este sentido, la confianza juega un papel determinante para el éxito del trabajo remoto.

Los recursos humanos deben contribuir para que los profesionales realicen sus tareas de forma autónoma y eficiente y, al mismo tiempo, necesitan adoptar rutinas organizativas que generen un clima de mutua confianza entre todos los miembros del esquema organizacional.

Una manera de fortalecer este factor es establecer procesos de entrega y responsabilidad, los cuales ofrecen herramientas efectivas para la gestión y el seguimiento del trabajo. Igualmente, estos cultivan la consciencia colectiva al alinear a empleados y superiores con los valores corporativos y los objetivos de la organización.

3. Oferta de beneficios sociales

Si por un lado la realización del trabajo en el hogar ofrece un abanico de provechos para las empresas y sus trabajadores, por otro también expone riesgos inherentes.

Para contornar estos problemas, el RRHH puede disponer de beneficios sociales como:

• ayuda económica para la compra de tecnologías necesarias para el desarrollo de las actividades;

• guarderías para facilitar la conciliación personal y laboral;

• compensaciones directas en forma de seguros o planes de pensiones;

• incentivos para la formación y desarrollo de conocimientos.

Estos beneficios tienen como objetivo crear el ambiente adecuado para la adopción del teletrabajo y propiciar la satisfacción de los empleados, incluso en un contexto laboral diferente del habitual.

4. Posibilidad de horarios flexibles

La flexibilidad de los recursos humanos tiene una relación estrecha con la productividad empresarial.

Durante mucho tiempo, las empresas y sus gerentes optaron por controlar a sus colaboradores por la presencia física en lugar de hacerlo por sus resultados. Sin embargo, gracias al surgimiento del trabajo remoto esto se está convirtiendo en un concepto de gestión del pasado.

Efectivamente, las estrategias de flexibilidad permiten crear capacidades dinámicas para que los empleados ajusten la organización de su trabajo y vuelvan más adaptable su asignación a tareas distintas según las prioridades del negocio.

Además, el horario flexible promueve la satisfacción de los trabajadores porque les permite disfrutar de más libertad a la hora de conciliar su vida laboral y personal, lo cual se traduce en:

• menos conflictos;

• mayor compromiso con la organización;

• mejora en los resultados empresariales.

5. Inversión en factores tecnológicos

Evidentemente, el teletrabajo es posible gracias al desarrollo de tecnologías de la información y las telecomunicaciones, las que permiten que los colaboradores realicen su actividad laboral desde diversas localidades remotas.

En todos los niveles organizacionales, la transformación digital cumple un papel fundamental: disponer de tecnologías que posibiliten el trabajo a distancia —de los colaboradores y de su propio equipo— también es una de las prioridades del RRHH juntamente al TI.

Invertir en herramientas de gestión e implementar nuevos procesos tecnológicos marca la diferencia en los procesos de administración de recursos humanos. De hecho, todos los tips mencionados aquí solo pueden ponerse en marcha si cuentan con una base tecnológica consistente que apoye cada una de las prácticas.

Hay una variedad de recursos en el mercado —gratuitos y pagados— que colaboran para la gestión de proyectos, comunicación y productividad sin importar la ubicación desde la cual se está trabajando.

¡Eso es todo!

Como ves, el RRHH conlleva una de las más grandes responsabilidades dentro de una organización: su papel es administrar aquellos procesos que involucran la gestión de personas y el desarrollo de las actividades de estas.

Incluso en una modalidad que tradicionalmente se conoce por el distanciamiento social, el RRHH debe convertir la dinámica de trabajo en un proceso aún más estrecho.

Para lograr que la sinergia entre los colaboradores y sus tareas fluya de la mejor forma, se vuelve imprescindible propiciar un clima de autonomía y confianza entre todos los niveles de la organización, elaborar programas de beneficios sociales que faciliten el trabajo desde el hogar, apostar por la flexibilización para conciliar la vida personal y laboral y ampararse en la tecnología para mejorar, cada vez más, los procesos de administración de recursos humanos.

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