Clasificación de los contratos: ¿en qué consiste?

Las PyMEs y cualquier tipo de empresas, pueden beneficiarse de la utilización de contratos en su actividad diaria, ya que les permiten establecer relaciones comerciales con sus clientes, proveedores y empleados, garantizando la protección de sus intereses y la legalidad de los procesos contractuales.

Un contrato es un acuerdo legal entre dos o más partes, en el cual se establecen las condiciones y obligaciones que cada una de ellas debe cumplir en el marco de una transacción. Posibilita establecer acuerdos claros y precisos, protegiendo sus intereses y evitando malentendidos o conflictos que puedan surgir.

Además, los contratos son una herramienta esencial para el cumplimiento de las obligaciones legales y fiscales que corresponden a las PyMEs.

Por esta razón, conocer cuál es la clasificación de los contratos permite tener un mayor entendimiento de las diferentes transacciones que se pueden llevar a cabo.

¿Cómo se clasifican los contratos?

La clasificación de los contratos establece una estructura clara y precisa sobre las diferentes tipologías de contratos que existen y sus particularidades. 

Esta clasificación permite identificar las características de cada tipo de contrato, así como también las obligaciones y derechos de las partes involucradas, además de regulaciones específicas que deben ser consideradas en cada caso.

Si hacemos énfasis en la legalidad, la manera en como se clasifican los contratos permite a las organizaciones adaptarse de forma efectiva a los cambios y evoluciones en el marco legal, asegurando el cumplimiento de las obligaciones que le corresponden a los diferentes tipos de contratos de trabajo.

Los contratos se pueden clasificar según diferentes criterios. A continuación, te explicaremos las principales:

1. Según su riesgo

Esta clasificación permite establecer una estructura clara sobre los riesgos y beneficios que asumen las partes al firmar un acuerdo.

De este modo, existen dos tipos de contratos:

  • Conmutativos: en estos contratos las obligaciones son ciertas y determinadas. Es decir, las partes conocen desde el principio cuáles son sus obligaciones y beneficios. Por ejemplo, la compraventa de bienes muebles e inmuebles, el arrendamiento de un local comercial, entre otros.
  • Aleatorios: en este caso, las obligaciones de las partes están sujetas a una condición indeterminada, que se obtiene en el futuro. Es decir, las partes no conocen cuál será el resultado final del contrato. Por ejemplo: el contrato de seguro, el contrato de juego y apuesta, entre otros.

2. Según la temporalidad

Con esta clasificación las empresas pueden distinguir entre los acuerdos que se cumplen de manera inmediata de aquellos que requieren de una ejecución diferida o que se extienden a lo largo de un periodo prolongado de tiempo. 

Te presentamos cuál es la clasificación de los contratos según la temporalidad:

  • Instantáneos: en estos contratos las obligaciones de las partes se cumplen de manera inmediata. Ejemplos de contratos instantáneos son el contrato de compraventa al contado y el contrato de prestación de servicios por horas que entran en vigencia de forma instantánea.
  • De ejecución diferida: son aquellos contratos en los que las obligaciones de las partes se cumplen en un plazo determinado. Por ejemplo, el contrato de compraventa a plazos y el contrato de arrendamiento por un período limitado (6 meses, un año, entre otros).
  • De tracto sucesivo: en este tipo de contratos las obligaciones de las partes se cumplen de manera periódica e ininterrumpida. Por ejemplo, el contrato de suministro de energía eléctrica que debe ser pagado mes a mes.

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3. Según las obligaciones

En esta clasificación las empresas son capaces de distinguir entre acuerdos que establecen obligaciones para una sola parte y aquellos en los que las obligaciones se establecen para todos los involucrados. 

De esta manera es como se clasifican los contratos según las obligaciones:

  • Unilaterales: una sola parte asume una obligación, mientras que la otra no asume ninguna. Por ejemplo, el contrato de donación y el contrato de fianza.
  • Bilaterales: ambas partes asumen obligaciones, como en los contratos de compraventa o de arrendamiento.

4. Según su estructura

Los contratos se clasifican según su estructura dependiendo de la complejidad de los acuerdos que se contemplen. Al entender la estructura de un contrato, las empresas pueden anticipar mejor las complejidades que pueden surgir en el cumplimiento de las obligaciones del mismo. También pueden tomar medidas para simplificar o aclarar las condiciones del contrato.

En este sentido, son 2 tipos los que definen cuál es la clasificación de los contratos según su estructura:

  • Simples: se celebran entre dos partes y no contienen cláusulas especiales. Es decir, son contratos que no tienen una estructura compleja. Ejemplos de contratos simples son el contrato de compraventa de un objeto y el contrato de prestación de servicios.
  • Complejos: tienen una estructura compleja y contienen cláusulas especiales que regulan aspectos específicos de la transacción. Algunos ejemplos son el contrato de construcción de una obra y el contrato de financiamiento de un proyecto con apéndices que determinan condiciones financieras, operaciones y logísticas específicas.

5. Según su valor

Los contratos también se pueden clasificar según su valor, haciendo referencia a si las partes involucradas en el contrato están intercambiando bienes o servicios de valor equivalente o no.

Estos son los 2 tipos de clasificación según su valor:

  • Gratuitos: una o ambas partes no reciben ninguna compensación económica, por ejemplo, el contrato de comodato.
  • Onerosos: ambas partes reciben una compensación económica o beneficio. Por ejemplo, un contrato de compraventa es un contrato oneroso, ya que el comprador proporciona dinero a cambio del bien o servicio que se está vendiendo.

¡Cumpla sus objetivos empresariales con contratos claros y bien clasificados!

En definitiva, conocer cómo se clasifican los contratos, es fundamental para cualquier empresa que se dedique al ámbito comercial, ya que esto permite tener un mayor entendimiento de las diferentes transacciones que se pueden llevar a cabo en su gestión contractual.

De esta manera, se pueden establecer acuerdos claros y precisos entre las partes involucradas, evitando posibles malentendidos y conflictos que puedan surgir en el desarrollo de las operaciones comerciales.

¡Esto ha sido todo!

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